Durante años, el consumo de alcohol ha estado ligado a la socialización, las celebraciones y la relajación. Pero la generación más joven de hoy está cambiando esa narrativa—o al menos abordándola con más reflexión. Según The New York Times, la Generación Z bebe significativamente menos que los Millennials a su misma edad. Otro informe reveló que el 28% de los Gen Z en EE.UU. afirma no beber nunca, en comparación con solo el 16% de los Millennials.

Quería entender por qué tantos de mis contemporáneos optan por la sobriedad. ¿Será porque crecimos en una era obsesionada con el bienestar, donde los jugos verdes, los adaptógenos y los lattes de matcha están tan de moda como la ropa de diseñador? ¿O será que nuestro enfoque en la salud, combinado con nuestra bien documentada ansiedad, nos ha llevado naturalmente a reducir el alcohol?

Para averiguarlo, decidí probar la sobriedad durante dos meses. *Spoiler*: al final volví a beber ocasionalmente. Pero el experimento me cambió para mejor. Me ayudó a ver cómo el alcohol afecta todo—mis emociones, mi salud, incluso mis hábitos. Me volví más consciente de por qué quería un trago y mejor para reconocer cuándo lo usaba como muleta emocional. Lo más importante: me ayudó a manejar mi ansiedad—algo que antes creía fuera de mi control.

### ¿Qué pasa cuando dejas el alcohol?

Tu cuerpo comienza a recuperarse en las primeras 24 horas. El hígado, que procesa el alcohol, inicia la desintoxicación, reduciendo la inflamación y mejorando su función. Los niveles de azúcar en sangre se estabilizan, ya que el alcohol altera la regulación de la glucosa.

Después de una o dos semanas, la calidad del sueño y la hidratación de la piel suelen mejorar. A largo plazo, dejar el alcohol reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, fortalece la inmunidad y equilibra la flora intestinal.

Para mí, los mayores cambios fueron claridad mental, energía estable y mejor humor—todos beneficios conocidos de eliminar el alcohol. Mi rendimiento físico también mejoró. Estudios muestran que incluso pequeñas cantidades de alcohol ralentizan la recuperación muscular, y definitivamente me sentí más ligero sin ese peso invisible.

Pero la recuperación lleva tiempo. Incluso después de sentirte sobrio, el alcohol persiste—en tu aliento y saliva hasta 24 horas, en orina hasta 15 días, y en el cabello hasta 90 días.

### Beneficios de dejar el alcohol

Mejor sueño
El alcohol puede ayudarte a dormirte, pero interrumpe el sueño profundo, especialmente el REM. Sin él, el descanso es más reparador, mejorando el humor, la memoria y la concentración.

Piel más clara
El alcohol deshidrata y dilata los vasos sanguíneos, causando enrojecimiento, acné o opacidad. Dejarlo mejora la hidratación y circulación, dejando la piel más radiante y suave.

Inmunidad más fuerte
Beber regularmente debilita tus defensas. Sin alcohol, tu cuerpo combate infecciones con más eficacia.

Mejor digestión y metabolismo
El alcohol altera la flora intestinal y causa inflamación. Eliminarlo mejora la digestión, absorción de nutrientes y salud metabólica.

Mayor estabilidad emocional
El alcohol afecta la serotonina y otros químicos cerebrales. Sin él, el humor se equilibra, la ansiedad disminuye y la claridad mental mejora.

Menos alcohol, menos ansiedad
El vínculo entre beber y ansiedad es real. Reducir el alcohol puede significar menos espirales de angustia—y más control sobre tu mente y cuerpo. Para mí, la reducción de ansiedad fue notable—incluso diría que cambió mi vida. Para la segunda semana, me sentía menos tensa y nerviosa por el trabajo por las mañanas. Para la tercera, mi ansiedad habitual de los domingos casi había desaparecido. Lo más importante: me sentía más tranquila y concentrada todo el día. Mi ansiedad no desapareció por completo, pero era mucho más manejable—y eso marcó una gran diferencia.

Esos dos meses sin alcohol fueron difíciles, pero definitivamente cambiaron mi perspectiva sobre beber. ¿Dejaré el alcohol para siempre? Probablemente no. Tras esos dos meses, volví a tomar ocasionalmente. Pero ahora soy mucho más consciente de los beneficios de reducir—¡los he experimentado en carne propia!—y es más probable que elija un mocktail. Lo mejor de todo: sé que mi ansiedad no es una causa perdida—es algo que puedo controlar.

¿Tienes alguna tendencia de belleza o bienestar que te intrigue? ¡Cuéntanos! Envía un correo a la editora senior de belleza y bienestar de Vogue a beauty@vogue.com.