El Festival de Cine de Cannes de este año tuvo su ración de decepciones repletas de estrellas (Die My Love, Eddington), junto con algunos debutantes desiguales de directores estrella de Hollywood (el The Chronology of Water de Kristen Stewart y el Eleanor the Great de Scarlett Johansson) y varias películas más divertidas que revolucionarias (The Phoenician Scheme de Wes Anderson, Highest 2 Lowest de Spike Lee, Nouvelle Vague de Richard Linklater, The Secret Agent de Kleber Mendonça Filho, My Father’s Shadow de Akinola Davies Jr., Romería de Carla Simón y Splitsville de Michael Angelo Covino).
Pero para mí, cinco películas destacaron de verdad, desde dramas familiares poéticos hasta comedias negras y terror escalofriante, todas las cuales han permanecido en mi mente desde que las vi por primera vez. Estas son las películas imperdibles del festival de este año.
### Sentimental Value
La siguiente película del director noruego Joachim Trier después de The Worst Person in the World (con Renate Reinsve y Anders Danielsen Lie nuevamente como protagonistas) es tanto un estudio íntimo de dos hermanas y su controlador padre cineasta como una saga familiar que abarca décadas, arraigada en su deteriorada casa de Oslo. Fácilmente la mejor película del año hasta ahora, equilibra humor y profundidad sin esfuerzo, culminando en un final que me dejó en lágrimas. Con un guión afilado y actuaciones fenomenales de Stellan Skarsgård, Inga Ibsdotter Lilleaas y Elle Fanning, esta es una película para no perderse, y hay que esperarla en la carrera de premios de 2026.
### It Was Just an Accident
El primer filme del disidente iraní Jafar Panahi desde su encarcelamiento (por "propaganda contra el sistema") fue filmado en secreto y se inspira en sus propias experiencias. A diferencia de The Seed of the Sacred Fig —ganadora del premio del jurado en Cannes el año pasado, dirigida por su amigo Mohammad Rasoulof—, esta no es una acusación directa al régimen. En cambio, es un thriller de comedia y venganza surrealista sobre un mecánico bondadoso (Vahid Mobasseri) que se topa con un hombre (Ebrahim Azizi) que se parece inquietantemente a su antiguo torturador. Lo que sigue es un caótico secuestro, una búsqueda de justicia y una alianza improbable con otros que han sufrido bajo el mismo hombre. Hilarante pero desgarradora, con momentos como guardias de seguridad que aceptan sobornos y un parto inesperado, culmina en una conclusión devastadora que expone la brutalidad del Estado. Tan emocionante como urgente.
### Alpha
Cannes necesita cada año un horror corporal polarizante dirigido por una mujer, y esta vez es la visión visceral e inquietante de Julia Ducournau (Titane) sobre la adolescencia femenina. Ambientada en los grunge años 90, sigue a Alpha (una hipnótica Mélissa Boros), de 13 años, mientras una misteriosa pandemia convierte la piel en mármol antes de desintegrarla en cenizas. Cuando Alpha regresa de una fiesta con un tatuaje extraño, teme estar infectada. Los acosadores escolares la rodean, la paranoia crece y el caos escala con la llegada de su tío adicto (un aterrador Tahar Rahim), que también está enfermo. Una inmersión perturbadora e inolvidable en la adolescencia y la enfermedad.
### Sound of Falling
Una película imperfecta pero audaz e inquietante, Sound of Falling tropieza con su final incierto, pero perdura en la mente por sus imágenes perturbadoras y su narrativa retorcida. La pieza de época onírica de la directora alemana Mascha Schilinski es tanto un rompecabezas como un asalto sensorial, ambientada en una sola granja que abarca un siglo. Cuatro chicas de diferentes épocas habitan este paisaje inquietante: Alma (Hanna Heckt), una niña curiosa con vestidos de principios del siglo XX; Erika (Lea Drinda), una adolescente valiente durante la Segunda Guerra Mundial; Angelika (Lena Urzendowsky), una chica taciturna en los caóticos años 70; y Lenka (Laeni Geiseler), a la deriva en la actualidad. A medida que sus líneas temporales se difuminan, surge una historia compartida de trauma y muerte. Con dos horas y media, el filme prueba la paciencia con su ritmo errante, pero su ambición y poder inquietante la hacen inolvidable.
### Urchin
Harris Dickinson, recién salido de Babygirl, debuta como director con Urchin, siguiendo a Mike (Frank Dillane), un londinense sin hogar que lucha por sobrevivir. La película captura sus encuentros —extraños amables, compañeros vagabundos, trabajos fugaces, amor y adicción— con una honestidad cruda. Dickinson evita resoluciones fáciles, creando un retrato complejo y profundamente humano. Visualmente deslumbrante, el filme confirma su talento junto a directores rompedores como Eliza Hittman y Ruben Östlund. Algunas decisiones audaces no terminan de cuajar, incluido un final tambaleante, pero para una primera película, es notablemente segura. Puntos extra por el uso perfecto de Whole Again de Atomic Kitten: saldrás tarareándola.