Nuestras vidas están abrumadas por el estrés constante. Hemos llegado a aceptarlo como algo normal. Entre estar permanentemente conectados en línea, tratar el trabajo como el único propósito de la vida y las preocupaciones interminables, el estrés se ha vuelto inevitable —y omnipresente—.

Por supuesto, existen formas de manejarlo. La meditación, los paseos por la naturaleza, los ejercicios de respiración, el movimiento, la terapia y llevar un diario ayudan a reducir la ansiedad y aportan calma. Pero también hay herramientas más simples y rápidas que funcionan igual de bien.

Este fue el mensaje del experto en longevidad Dan Buettner en el podcast High Net Purpose. Explicó que, aunque existen muchos métodos para aliviar el estrés, a menudo los abandonamos cuando la vida se vuelve ajetreada. Afortunadamente, pequeños hábitos diarios pueden ser igual de poderosos.

### Un truco sencillo para reducir el estrés

Buettner afirma que una de las mejores formas de reducir el estrés —y el cortisol— es simplemente hablar con otras personas. No importa con quién: un amigo, un vecino, un compañero de trabajo, un familiar o incluso el barista de tu cafetería.

"Las conversaciones con otras personas son increíblemente reconfortantes", dice. "Las interacciones casuales marcan una gran diferencia. El entorno en el que vivimos y las personas con las que nos relacionamos juegan un papel fundamental".

Esto coincide con el consejo de psicólogos laborales: si estás estresado en el trabajo, tomar un momento para charlar con un compañero puede ayudar. La conversación no tiene que ser profunda —incluso la charla trivial funciona—. Solo hacer contacto visual y conectar brevemente con alguien puede romper el ciclo de pensamientos ansiosos que elevan el cortisol.

### Conexiones sociales = una vida más larga y feliz

La investigación de Buettner sobre las Zonas Azules —regiones donde las personas viven vidas excepcionalmente largas— revela que los fuertes lazos sociales y familiares son clave. Tener una red de apoyo no solo aumenta la longevidad, sino que también reduce el estrés en el momento. Piensa en lo mucho más ligero que te sientes después de una buena conversación con un amigo.

"Las personas en las Zonas Azules se ríen, conectan y hablan regularmente", dice el Dr. Denis Lamboley, especialista en medicina integrativa. "Disfrutan de vidas más dulces, mejor salud y una longevidad notable". Menciona un estudio de Harvard que data de 1938, el cual encontró que más interacciones sociales conducen a vidas más largas y felices. Otro estudio con más de 300.000 personas mostró que aquellos con menos vínculos sociales tenían el doble de probabilidades de morir prematuramente.

Así que adelante —inicia una conversación con el barista, saluda a desconocidos en la calle y haz nuevos amigos donde puedas. Es la forma más fácil de aumentar tu felicidad y salud.