El aroma acogedor que flotaba en el showroom de The Row en París y los elegantes arreglos florales de ikebana casi distraían de algo inusual: esta temporada, no había maniquíes.

Normalmente, estas presentaciones discretas incluyen figuras cuidadosamente posadas que destacan ya sea el dominio del diseño de The Row o cómo un blazer relajado alcanza la perfección. En su lugar, un perchero escultórico de Julian Schnabel exhibía el Look 24—un conjunto de pijama de shantung de seda vintage y un chaleco de cachemira—con un par de bombas Liisa de tacón bajo debajo (que combinan sin esfuerzo con cualquier cosa, incluso calcetines blancos). El efecto era casi artístico, como si la ropa misma se hubiera convertido en parte de una exposición.

Aun así, las piezas destacadas estaban por todas partes: una capa amarilla alegre y resistente como un impermeable, un abrigo de cachemira tan cómodo como una bata, una gabardina masculina con forro de franela extraíble y bolsos estructurados como el Georgia en lino y el compacto Amber en cuero tejido. El fotógrafo Mark Kean los capturó todos, dando a la colección un aire nostálgico y editorial, como de un viejo despliegue de revista.

Aunque el lookbook mayormente en blanco y negro podría pasar por alto detalles delicados—como una camisa rosa de suave brillo—resalta la simplicidad de las básicas de jersey blanco (con su textura ligeramente marcada y sensación de uso) como pilares cotidianos. Estas piezas se superponen sin esfuerzo, fusionando ropa de interior y exterior en un look pulido, especialmente cuando se combinan con tacones. En un mundo que a menudo se siente pesado, vestir con facilidad y comodidad es un alivio. Sin embargo, uno no puede evitar preguntarse si estos diseños discretos reflejan un lujo silencioso que raya en la invisibilidad.

Este ambiente relajado e íntimo sigue a la discreta presentación de artículos para el hogar de The Row durante la Milan Design Week, señalando la expansión de la marca hacia el estilo de vida. Al acercarse a su 20º aniversario en 2026, vale la pena recordar que Mary-Kate y Ashley Olsen fundaron The Row en busca de la camiseta perfecta. Todo lo que crean aún encarna esa misma simplicidad refinada—solo que a mayor escala. Después de todo este tiempo, quizás lo que falta es simplemente una conexión más profunda con las diseñadoras mismas.