La reapertura del Museo Frick en marzo fue uno de los eventos más esperados en la ciudad de Nueva York en años. Tanto que parecía que ya todo se había dicho al respecto: reportajes glamurosos aparecieron en todas partes, desde *Architectural Digest* hasta *The New York Times* y *Vogue*, mientras multitudes de neoyorquinos hacían fila fuera de la antigua mansión de Henry Clay Frick en el Upper East Side para explorar sus recién renovadas salas, obra de Annabelle Selldorf. Quien no lo hubiera visitado aún enfrentaba preguntas persistentes en las cenas primaverales: **"¿Ya viste el nuevo Frick?"**

Pero resulta que aún hay más de qué hablar. El 6 de junio, el museo presentó su nueva cafetería: **Westmoreland**.

**Foto: William Jess Laird**

Nombrada en honor al vagón Pullman de la familia Frick, **Westmoreland** es un espacio joyero en el segundo piso del museo. La entrada evoca un jardín encantado de atmósfera misteriosa, con un sofá de peluche verde bosque y un mural forestal, **Fugue**, de Darren Waterston. El comedor refleja los tonos pastel de una pintura de Fragonard, con pisos en tonos rosados y sillas de bambú rojo. Otro mural de Waterston, **Arcadia**, envuelve las paredes en un paisaje cremoso y onírico.

**Foto: William Jess Laird**
**Foto: William Jess Laird**

Los interiores fueron diseñados por Bryan O’Sullivan Studio, una firma AD100 liderada por un antiguo aprendiz de Annabelle Selldorf. O’Sullivan le dijo a *Vogue* que la inspiración llegó fácilmente: **"Tomamos muchas referencias del propio Frick"**. Las sillas de bambú rojo, por ejemplo, hacen guiño a los querubines de túnicas rojas en el Boucher Room (diseñado por Elsie de Wolfe) y los monos con capas escarlata en el mural chinoiserie de J. Alden Twachtman. ¿Y el verde? **"Notamos cuánto aparece en las pinturas del Frick"**, explicó O’Sullivan. **"Luego está el jardín de Russell Page justo afuera de la ventana"**. (Un sutil motivo floral detrás de la barra incluso incluye la "burnet", una planta perenne de los terrenos).

¿Uno de sus detalles favoritos? Los medallones de relieve orgánico en el techo, obra de Waterston, que parecen hiedras trepando por las paredes. **"Parece que están creciendo directamente del techo"**, dijo.

**Foto: William Jess Laird**
**Foto: William Jess Laird**

Debajo de ellos, mesas de nogal con detalles en latón se alinean junto a banquetas de cuero—un toque industrial sutil inspirado en el histórico vagón Pullman del Frick. O’Sullivan las diseñó para evocar los asientos lujosos de los vagones de tren de la Edad Dorada.

Este verano, los visitantes podrán disfrutar de un scone de cebolla caramelizada y tomillo o trucha pochada en un espacio tan artístico como las propias galerías del museo—antes de pasar la tarde rodeados de obras maestras.