Miley Cyrus arrasó en París esta semana, convirtiendo la ciudad en su propia pasarela. Sorprendió a los fans con un show secreto vistiendo corsés vintage de Mugler adornados con cristales, evocando el glamour del Moulin Rouge. Fuera del escenario, deslumbró en las calles con looks impactantes de Valentino: un vestido transparente con un sostén de plumas y un minivestido con detalles inspirados en la Torre Eiffel, rescatados de los archivos de la marca.

Pero París no fue su única parada. Cyrus también hizo una aparición sorpresa en la gira Cowboy Carter de Beyoncé, convirtiéndose en la primera artista invitada. Juntas ofrecieron una actuación arrolladora de II Most Wanted, su dueto country ganador de un Grammy. Ambas optaron por trajes dorados: Cyrus con un diseño personalizado de Alexander McQueen y Beyoncé con uno de Rabanne, dejando al público electrizado.

Para el 20 de junio, Cyrus había cambiado el drama parisino por el estilo relajado de Londres, bajando del Eurostar en St. Pancras con un look impecable. Optó por un estilo discreto pero chic: un abrigo azul grisáceo, jeans rectos lavados claros doblados en los tobillos y una camiseta negra con capas de collares dorados. Su icónico peinado ochentero fue recogido en una coleta pulcra, acompañado de gafas aviador oversize y un bolso de Maison Margiela. ¿El toque final? Las emblemáticas bailarinas tabi de la marca, un favorito entre la escena fashion londinense.

Margiela ha sido un básico en el guardarropa de Cyrus, frecuentemente estilizado por Bradley Kenneth. Ha lucido desde un vestido de vinilo de la colección Artisanal 2008 en RuPaul’s Drag Race hasta un mini dorado transparente en los Grammy 2024. Incluso sus accesorios, como sus gafas Gentle Monster x Maison Margiela, reflejan su amor por la firma.

Después de París, es posible que su estilo veraniego adopte influencias londinenses: el espíritu rebelde de Vivienne Westwood, el talento emergente de Conner Ives y piezas vintage más juguetonas. Dondequiera que vaya, Miley mantiene la moda emocionante.