Oscar Piastri, el piloto de Fórmula 1 de 24 años originario de Melbourne, Australia, es conocido por su temperamento tranquilo y sereno, tanto dentro como fuera de la pista. Ya sea en sus relajadas publicaciones en redes sociales o en sus actuaciones firmes bajo presión, su compostura destaca. En el reciente Gran Premio de Arabia Saudita en Jeddah, demostró su valía cuando Max Verstappen, el dominante campeón de Red Bull, realizó un movimiento agresivo en la primera curva. Piastri esquivó con fluidez y mantuvo el liderato durante las siguientes 50 vueltas, asegurando la victoria. Incluso Verstappen, no conocido por elogiar, reconoció la habilidad de Piastri, calificándolo como "muy sólido" y admirando su enfoque calmado.

Con victorias en Jeddah, Baréin y Shanghái, Piastri lidera ahora la clasificación de la F1, aunque con 19 carreras por delante, mantiene la concentración. "No me malinterpreten, es genial liderar ahora", dice con una ligera sonrisa, "pero quiero estar arriba después de la ronda 24, no solo de la 5". Recién llegado de un vuelo desde Niza, está en Nueva York para un evento de McLaren antes de dirigirse a Miami, donde tiene la oportunidad de lograr una rara racha de tres victorias consecutivas. Sin embargo, fiel a su estilo, permanece imperturbable.

Su mentalidad estable no es solo suerte, es algo en lo que trabaja. "Mucho de ello viene naturalmente, pero también hay un esfuerzo consciente por mantenerlo", admite. "Sigo sintiendo presión y nervios, pero se trata de canalizarlos correctamente. Hay que conocerse a uno mismo".

En solo dos años con McLaren, Piastri se ha convertido en una estrella emergente en EE.UU., impulsado por el creciente interés en la F1 gracias a *Drive to Survive* y las nuevas carreras en Miami y Las Vegas. Parte de la generación Z de la F1, está en camino de unirse a nombres icónicos como Verstappen y Lewis Hamilton.

Su personalidad discreta contrasta con la energía juguetona de su compañero de equipo Lando Norris, una dinámica que ha conquistado a los fanáticos en línea. Aunque diferentes—Piastri reservado, Norris extrovertido—se complementan bien. "Nuestros comentarios sobre el auto y la dirección del equipo siempre están alineados", dice Piastri, destacando que comparten muchas risas. Aunque no suelen pasar mucho tiempo juntos fuera de las carreras, su amistad es genuina.

¿Y ese auto? El velocísimo McLaren MCL39 tiene a Piastri fascinado. "El auto más rápido del mundo", dice con entusiasmo contenido. Para un piloto que prospera con la precisión, es la combinación perfecta. "Ahora mismo", comenta con entusiasmo juvenil. Su amor por los autos comenzó temprano—empezó en el karting a los 10 años—y nunca ha disminuido. Cuando se le pregunta por sus principales intereses, responde sin dudar: "Autos. Siempre".

"Si no estoy compitiendo, probablemente esté en el simulador en casa", admite. "Conduzco autos GT, monoplazas de categorías inferiores, lo que sea. Las carreras son mi hobby, mi pasión. No tengo otros intereses importantes porque esto ocupa todo ese espacio".

Aún así, se toma tiempo para relajarse. Disfruta jugar pádel, el deporte de raqueta en auge, y prioriza pasar tiempo con su novia de mucho tiempo, Lily Zneimer, en Montecarlo, donde viven. "Nos gustan las excursiones de un día o escapadas de fin de semana, generalmente cerca de Mónaco", dice. Cuando vuela, si no puede dormir, está "poniéndome al día con *Breaking Bad*. Llego un poco tarde—el año pasado vi toda *Prison Break*. También escucho mucho house y drum and bass. Nada muy pesado, ahí pongo el límite. Pero son mis preferidos". Su playlist suele incluir artistas australianos como Dom Dolla y Fisher.

Una reciente foto de Piastri llegando al circuito en Jeddah causó revuelo en el mundo de la F1—su atuendo sencillo de camiseta blanca lisa, shorts caqui y mochila escolar coincidía con su actitud discreta. "Mi estilo es sin complicaciones", dice, "y no particularmente arriesgado". Sin embargo, su estilo casual se ha convertido en una especie de seña de identidad—una declaración de moda no intencional que, como admite Piastri, "ahora ha ganado cierto reconocimiento".

Queda claro que la confianza silenciosa de Piastri funciona en ambos sentidos: no alardea de sus éxitos, pero tampoco se detiene en los fracasos. En su lugar, se centra en soluciones. Tomemos sus recientes dificultades en las clasificatorias de 2024—admite que fueron un punto débil. En vez de dejarse afectar, trabajó metódicamente, discutiendo ajustes con su equipo, sabiendo que cada pequeño cambio podía marcar la diferencia. Al final, depende de él encontrar esas décimas extra en la pista.

Aquí, la conversación da un giro—su exterior calmado no es toda la historia. Bajo él yace una concentración intensa. Su enfoque demuestra que la intensidad no tiene que ser ruidosa.

"Tal vez ahorras una centésima de segundo al estar un poco más en forma", explica. "Otra al ser más ligero. Una más al ajustar el auto. Individualmente, esas ganancias parecen pequeñas. ¿Pero juntas? De repente, eres medio décima más rápido—y eso podría ponerte arriba. Todo cuenta".