La elegancia y el estilo atemporal se unieron en la presentación de Brunello Cucinelli esta tarde en Milán. Detalles cuidadosos, como una selección completa de los ocho periódicos nacionales de Italia dispuestos junto al buffet, marcaron el tono. Mientras tanto, el clasicismo se entrelazaba en las prendas, donde actualizaciones inteligentes para la temporada renovaban las bases de la sastrería masculina.
Muchos looks transitaban entre lo casual y lo formal, a menudo centrados en camisetas estampadas. Estas presentaban recortes de periódicos ingleses antiguos sobre la llegada de las esculturas del Partenón—conocidas como los Mármoles de Elgin—al Museo Británico.
La referencia no era política, sino un guiño a cómo las influencias clásicas trascienden culturas. Esa idea se reflejaba en las prendas superpuestas sobre estas camisetas. Como siempre, Cucinelli partió de piezas atemporales y las reinventó para hoy. Esta temporada, el enfoque fue relajado, aireado y alargado.
Las chaquetas caían suavemente sobre las caderas, mientras que los pantalones de tiro alto y doble plisado llegaban casi hasta el ombligo. Los cuellos se ampliaron para mantener las proporciones equilibradas. Aunque algunos looks mantenían una misma tonalidad de pies a cabeza (el azul marino destacó), otros jugaban con contrastes audaces—como un blazer de lino albaricoque sobre prendas grises o un jersey coral bajo un traje de algodón claro. Una combinación llamativa unió el marrón oscuro con el azul marino.
Cucinelli citó dos inspiraciones clave: la sastrería clásica y los años 80, cuando el volumen desafiaba los límites de la estructura. La mezcla de camisetas, polos de punto y camisas con estampado de corbata bajo capas sastreras evocaba la reinvención relajada de la formalidad de esa época.
Los tejidos modernos marcaron la diferencia—como un blousón blanco de lino sobre pantalones plisados que pesaban solo 80 gramos. Los zapatos de gamuza azul, a medio camino entre zapatillas y mocasines, eran lo suficientemente flexibles para doblarse pero firmes al caminar. Incluso el denim recibió el tratamiento plisado y, sorprendentemente, funcionó.
Con la usabilidad en su esencia, los diseños de Cucinelli encarnan lo que Italo Calvino dijo de los clásicos: nunca dejan de hablar. Estas prendas también parecen eternamente relevantes.