Este es un momento de transición para todos, pero especialmente para Jennifer Lawrence. La actriz no solo está enfrentando el desordenado cambio del invierno a la primavera en Nueva York —con lluvia, viento y olas de calor inesperadas—, sino también reorganizando su guardarropa después de dar la bienvenida a su segundo hijo.

Hasta ahora, ha manejado ambos desafíos con facilidad. Lawrence ha demostrado que sus favoritos de la maternidad, como su suéter azul cobalto infalible, aún encajan perfectamente en su estilo posparto. También ha mantenido su experto dominio de las zapatillas deportivas, tentándonos prácticamente a todos a conseguir un par de Adidas Tokyos.

Pero donde realmente ha destacado últimamente es con sus elecciones de bolsos. Se ha decantado por estampados animales, desde un tote de leopardo hasta una mochila Fendi de estampado de cebra. Anoche, mantuvo el ritmo durante una cena con su esposo, Cooke Maroney, llevando un Hermès Bolide de color burdeos intenso en piel de cocodrilo: un elegante bolso de asa superior presentado por primera vez en 1923, muy diferente de los estructurados Birkins y Kellys que dominan el mundo de los bolsos.

Lawrence usó el Bolide para agregar un toque de color a su atuendo neutro: un suéter largo color beige sobre una falda midi en tono arena, combinado con unos flats de punta y correa en T. Incluso con un bolso tan llamativo, logró que todo el conjunto pareciera sutil y sin esfuerzo, perfecto para una noche discreta.