El regreso de Freya Dalsjø a la pasarela fue una auténtica experiencia espiritual, celebrada en el nuevo espacio de la Copenhagen Fashion Week: una antigua iglesia. Su colección, lenta y procesional, rindió homenaje a la artesanía y los materiales, marcando un renacimiento para la diseñadora.
Dalsjø lanzó su marca en 2012 tras dejar la Real Academia de Bellas Artes de Amberes y regresar a Dinamarca para perfeccionar su técnica. Apoyada durante años por la Fundación de las Artes Danesas, se alejó de los desfiles durante la pandemia, explicando: "Necesitaba replantearme cómo quería hacer las cosas". Esta reflexión transformó tanto su negocio como su estética. La colección actual se depuró hasta lo esencial: piezas atemporales basadas en siluetas sencillas y proporciones impactantes.
El desfile comenzó con un vestido etéreo de gasa de seda, cuyos bordes crudos flotaban como papel. Una bufanda de cachemir reversible transmitía la elegancia discreta de las vestiduras, mientras que otros diseños envolvían el cuerpo con una protección sutil. Los toques lúdicos surgieron en piezas de cuero con puntas pintadas, que se mecían como estambres de flores.
La geometría se volvió poética en una capa y falda confeccionadas con cientos de cuadrados de cuero entrelazados, cuyos delicados calados creaban movimiento. Tallados de madera repiqueteaban suavemente al caminar las modelos, y unos pantalones de piel de cordero chocolate revelaban pliegues casi invisibles. La belleza salvaje de la naturaleza inspiró tejidos que evocaban cortezas cubiertas de musgo, mientras que el final rindió homenaje a las tradiciones danesas y japonesas de cestería.
Como Phoebe Philo, Dalsjø diseña para mujeres—no para niñas—algo poco común en la moda. Esta colección abrazó el tiempo en lugar de perseguirlo, invitando a quien la vista a perderse en una artesanía meticulosa. "Cada pieza lleva tiempo, pero vale la pena", afirmó. "Me encanta explorar técnicas, materiales y texturas de formas nuevas".
Su regreso a los focos, en sus propios términos, se suma al de otras dos diseñadoras que retornan esta temporada—un cambio notable en una industria aún dominada por directores creativos masculinos.
"Lleva años saber lo que realmente quieres y desarrollar las habilidades", reflexionó Dalsjø. Defensora de la moda slow, añadió: "Puedes sentirlo en la colección—la artesanía, las siluetas relajadas, la comodidad. La ropa debe dejarte moverte y respirar".