Tráiler: La pesadilla de los viajes aéreos modernos
Los viajes en avión se han convertido en un caldo de cultivo para historias de terror: desde conductas escandalosas hasta negligencia descarada. Imagina estar atrapada en un vuelo de ocho horas junto a un hombre masturbándose, solo para que la azafata ignore tus preocupaciones con un encogimiento de hombros: “Los hombres simplemente hacen ese tipo de cosas”. Esta fue la realidad de una directora ejecutiva que demandó a American Airlines después de vivir esta pesadilla. Y, sin embargo, cuando buscó ayuda, le dieron un número corporativo 1-800, como si el servicio al cliente pudiera borrar el trauma.
Pero esto es solo la punta del iceberg. La etiqueta en los vuelos ha caído a mínimos históricos: pasajeros que reproducen videos sin audífonos, adultos que se irritan ante la mera presencia de niños y aerolíneas que reducen cada centímetro de espacio para las piernas mientras cobran tarifas exorbitantes. Hasta Elon Musk parece empeñado en hacer que volar sea menos seguro.
Entonces, ¿qué queda? Si las aerolíneas no hacen cumplir la decencia básica—ni siquiera la seguridad básica—quizás sea hora de abandonar los cielos por completo. ¿Alguien dijo trenes?