El amor es algo hermoso, especialmente cuando lo ves desde afuera. En esta columna, analizamos parejas de famosos que inspiran esperanza en nuestras propias vidas amorosas, aprendiendo lo que podemos de sus relaciones bien documentadas.

Como alguien que escribe toda una columna derritiéndose por los romances de los famosos, admitiré que normalmente no soy fan de las parejas que hacen giras de prensa juntas. (¡Demasiada charla incómoda entre personas que claramente se conocen demasiado bien para eso!). Pero la reciente promoción de Alison Brie y Dave Franco para Together —una nueva película de terror corporal en la que interpretan a una pareja profundamente codependiente que literalmente se desmorona cuando se separan— podría ser la excepción.

Los dos, que llevan juntos 15 años, aparecieron recientemente en Today para hablar sobre interpretar a una pareja miserable en pantalla, y su química natural y relajada fue francamente encantadora.

"Creativamente, creo que [Brie] es una de las mejores actrices en activo hoy, lo que hace mi trabajo muy fácil", dijo Franco (él y Brie también produjeron la película). Aunque normalmente pongo los ojos en blanco cuando los hombres elogian a sus parejas (como deberían en un mundo perfecto), no puedo evitar adorar lo enamorado que parece Franco de Brie. Parafraseando a la madre de Mindy Kaling, las mejores parejas heterosexuales son aquellas en las que al chico le gusta la chica un poquito más.

Claro, no sé nada de su dinámica en la vida real—mi único encuentro con ellos fue verlos en una vinatería de Highland Park y enviar mensajes a todos mis contactos de inmediato. Pero adoro a Brie desde BoJack Horseman (por no mencionar su brillante papel en GLOW), y aunque no soy fan de su hermano James, Dave parece de otra pasta—aunque Hollywood siga encasillándolo como el típico Chico Fraténico Odioso.

¿Lo mejor del estreno de Together? La distribuidora Neon ofrece terapia de parejas gratis (a través de OurRitual) a quienes vean la película en su primer fin de semana. (Sí, vivimos en una pesadilla del capitalismo tardío). Como alguien que en su momento entró en pánico por necesitar terapia de pareja (resulta que estamos bien—yo solo estaba siendo dramática), me encanta este momento donde el marketing cinematográfico se cruza con la salud mental. Ojalá a Brie y Franco también les guste.