El esperadísimo debut de Glenn Martens para la línea Artisanal de alta costura de Maison Margiela llega el próximo mes. Podría pensarse que ahora está desbordado, pero no hubo rastro de distracción en esta colección pre-primaveral de Diesel. Más bien, su creatividad parece más elástica que nunca.
"Esta colección parte de nuestro último desfile", dijo mientras recorríamos las prendas. Si su presentación anterior destacaba por el arte urbano vibrante, este lookbook contó con el respaldo de un grupo de unos 100 espectadores "muy simpáticos"—algunos de la sede de Diesel, otros reclutados en las calles de su ciudad natal, Breganze.
La selección se sintió más depurada de lo habitual, en parte debido a cambios estructurales que otorgan mayor independencia a la red minorista global de Diesel. Vestidos, chaquetas y prendas exteriores de neopreno se superponían con lana afieltrada o denim tratado, creando clásicos minimalistas con un toque grunge. Martens señaló un abrigo con capucha de punto, inspirado en un diseño de Y/Project que le gustó tanto que decidió recuperarlo aquí. También hubo bombers de cuero con cintura alta y mangas cortas, junto a lo que él llamó "sastrería falsa"—jersey, denim y neopreno cortados para imitar trajes sin la formalidad.
Otros giros ingeniosos incluyeron vestidos drapeados con efecto trompe l’oeil, chaquetas de cuero estampadas con motivos perfecto y un vestido slip metálico y ajustado con capas ajustables en los hombros. Un momento preppy llegó con una llamativa camisa a rayas con el logo "D" sobre un henley estampado y jeans bootcut rotos. Los detalles plateados envejecidos en tejidos de malla parecían hechos a mano, pese a ser fabricados industrialmente—otra contradicción astuta.
Aún simplificada, y a pesar de que Margiela ahora compite por su atención, esta colección de Diesel rebosaba ideas. Si esto es una señal, su debut en Margiela será explosivo.