No se puede juzgar un libro por su portada, ni una colección de moda por su título. La línea Elizabeth de Andrea Mary Marshall para otoño 2025 lo demuestra a la perfección. Aunque hace un guiño a la famosa reina inglesa, la colección dista mucho de ser un homenaje literal y marca una audaz evolución desde su debut primaveral, más limitado en enfoque.
Tras graduarse en Parsons, Marshall desarrolló una práctica artística centrada en el autorretrato mientras trabajaba en empleos de moda que describe como temporales —”del tipo al que no tenía que encariñarme demasiado”, confesó en una vista previa—. “Lloraba en el baño todo el día, luego volvía a casa y creaba arte. Pero esa experiencia me dio un conocimiento de producción extrañamente profundo”. Lo aplicó en 2021 al lanzar Salon 1884 exclusivamente con Neiman Marcus: una marca pulida que ofrecía sastrería impecable, vestidos negros perfectos (un guiño al Madame X de Sargent) y un toque de provocación.
Sin embargo, Marshall no estaba del todo satisfecha. Salon 1884 reflejaba su estilo personal minimalista, pero ella quería más. “Era lo que yo usaría, pero no lo que sale de mí”, explicó. Así que volvió a lo básico, estudiando patronaje —una habilidad que, dice, “cambió mi vida. Ahora puedo crear la ropa que siempre quise”. Esa libertad creativa dio origen a su marca homónima.
Inspirarse en la Reina Virgen en el panorama actual de la moda requiere valentía. Aunque la colección incluye detalles isabelinos dramáticos —vestidos con más de 30 yardas de encaje almidonado, ballenas de corsé—, no tiene nada de delicado. Marshall se inspiró en la biografía de Roy Strong, señalando que Isabel I solía vestir de negro por su costo y asociación tradicional con lo masculino. Una pieza destacada —una gabardina de algodón resistente a la lluvia con mangas desgarradas que dejan ver un forro de cachemira de Loro Piana— encarna esa actitud.
Los looks más regios incluyen un vestido negro strapless “Lilibet” con collar de encaje Chantilly y perlas, y el corpiño “Izzie” con bordados de encaje, una reverencia a Vivienne Westwood. Marshall también reinterpretó el Conceptual Chic de Zandra Rhodes de 1977 con vestidos de imperdibles —aquí reinventados con cierres personalizados y perlas anudadas a mano—.
Las referencias británicas abundan: gabardinas, zapatos creepers, tachuelas punk, encajes New Romantic. Pero lo que realmente eleva la colección son los inesperados toques de Teddy Boy feminizados —como una chaqueta con solapas de satén marfil y encaje que fluye de las costuras occidentales, o un traje de cuadros con hombreras pronunciadas y delantero corsetado—. La sastrería equilibra con un aire juvenil los vestidos de femme fatale, algunos cortados en alpaca estampada a medida que Marshall describe como “Kate Moss de los 90 meets Isabel I”.
“Solía dibujar a Isabel como mitad diosa, mitad reina”, dijo Marshall. “Quería que se sintiera animalística —exagerada, más grande que la vida—”. Esta colección bien podría inspirarte a enfrentar el mundo con la misma ferocidad.